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Notas de Portada:
Entrevista a Rodrigo Borgoño, nuevo Gerente General de CRECCU

"Vivo en un sueño, soy feliz con lo que hago"

 

Desde Marzo de este año, CRECCU cuenta con un nuevo Líder. Papá de 6 niños, casado hace 16 años, Rodrigo Borgoño, Gerente General de CRECCU ha asumido este lindo desafío. Lleva casi 16 años en la compañía, es Ingeniero Civil de la Universidad Católica y en sus inicios partió en el área de transporte de CCU para luego ir moviéndose entre distintas áreas: desarrollo, finanzas y finalmente control de operaciones de la oficina de CCU en Bolivia. Después de llegar a hacerse cargo de la Gerencia de Finanzas en Bolivia, se trasladó a la oficina de Paraguay donde permaneció hasta marzo de este año, fecha en la que viajó a Chile a liderar CRECCU. Hoy queremos conocerlo un poco más y también conocer sus planes para esta área clave de CCU.

¿Cómo fue tu paso por las oficinas de Bolivia y Paraguay?
Para mí fue una gran experiencia estar en Bolivia y luego en Paraguay, lo decidimos en familia y fue una buena manera de formar equipo y conocer el funcionamiento de toda la empresa porque, aunque sean  oficinas más chica en comparación a lo que es CCU en Chile, se vive la misma energía, ganas de trabajar y sacar los proyectos adelante. Allá no tome tanto el rol de controller, sino de hacerme cargo de instalar las mejores prácticas para hacer las cosas. Por otro lado, ésta vuelta a Chile permite traer todas esas buenas experiencias, y aunque CRECCU tiene un menor tamaño de lo que CCU es en Bolivia o Paraguay, tiene un impacto más importante en lo social por todo lo que podemos entregar a los pequeños y medianos comerciantes. Esta nueva posición nos permite ayudar a estos pequeños negocios a sacar su potencial y que les vaya mejor con nosotros.

Estar en las oficinas fuera de Chile fue una gran experiencia y me siento muy orgulloso de lo que se formó. Creo que en la medida que uno entrega cosas se van adquiriendo otras, más habilidades, poder relacionarse con personas que no se conocen que no piensan como uno, que tienen otra cultura y de a poco vas aprendiendo habilidades de convencimiento, y de ser capaz de mostrarles como era el futuro de la operación de Chile. Este aprendizaje me ha dado mucha más confianza para tomar cualquier desafío después de la tremenda experiencia que me tocó vivir profesionalmente en las oficinas fuera de Chile.

Cuéntanos Rodrigo qué es lo que te motiva en el día a día
La principal motivación es mi familia, trabajo para mi familia y para poder estar con ellos, jugar, hacer deportes y estar muy cerca de ellos. Por su puesto, además trabajo porque tengo un propósito que comparto desde que ingrese a esta compañía. Vivo en un sueño, soy feliz con lo que hago, veo crecer a mi familia. Tengo una familia grande y quiero que mi familia sea feliz y creo que lo son, yo lo soy.

¿Qué sería la felicidad para ti?
La felicidad para mí son unas ganas que uno tiene, no es algo que pasa. Muchas veces uno espera que la felicidad sea algo que llega, que es externo a uno. Sin embargo, yo creo que la felicidad es algo que uno siente y es de alguna forma una decisión, un promedio entre los buenos y malos momentos, un convencimiento personal a pesar de las cosas que vayan pasando, que a veces no son tan buenas. Creo que por eso la felicidad es una decisión de uno mismo, la decisión de ir sacándole un aprendizaje a cada cosa que le toca. Agradecer el vivir tranquilo, feliz y disfrutando el día a día es importante. Vivo en el día a día, trato de disfrutarlo, pero además pesando responsablemente en el futuro. Siendo coherente con lo que quiero hacia el futuro.

¿Por qué decides volver a Chile?
Volvimos en parte por una decisión familiar, ya que estuvimos mucho tiempo fuera; de esta manera vamos a estar más cerca de la familia, pues estar lejos tiene sus pros y sus contras.

Con esta aventura, de cierta forma les enseñamos a nuestros hijos a adaptarse, vivir otras cosas y conocer otras perspectivas. Sin embargo, queríamos que los niños volvieran Chile, a su familia, a sus orígenes, eso sí volvimos a un Chile muy distinto del que dejamos.

En lo personal, me ha costado adaptarme, porque mi familia estaba cómoda allá, pero ya han pasado unos meses. De los tres cambios que he hecho primero Bolivia, luego Paraguay y ahora Chile, éste sin duda ha sido el más difícil, pensé que iba hacer fácil pero no. Y por su puesto eso también nos aporta un nuevo aprendizaje.

En términos profesionales, la adaptación ha sido fácil, cada vez más rápida, porque es algo que conozco, no a profundidad, pero lo conozco. Además todo lo que ya se había hecho y el buen equipo que tenemos me permite tener un buen punto de partida. Acá lo que más uno usa son las habilidades y la confianza que da saber que todos saben hacer bien las cosas. La idea es poder entregar pequeños aportes a lo que ya se venía haciendo para mejorarlo. 

Buscamos seguir avanzando y se han tenido buenos resultados desde que llegamos aquí, así que estoy muy contento por eso.

CCU es como una familia y una de las cosas que tiene es que uno se siente bien, puede trabajar bien, la mayoría son pares, uno se relaciona área con área y de buena forma. Al volver acá, me siento de nuevo en casa.

CRECCU tiene dos almas, los temas de crédito y cobranza y los temas de sustentabilidad, ¿Cómo ha sido llegar a esta segunda alma?

El área de crédito y cobranza, ha estado mucho mas ordenada, porque, todos los cambios producidos por la pandemia, nos obligó a digitalizar ciertas cosas y eso nos ayudó a avanzar muchísimo, aunque todavía quedan cosas por hacer. Esta parte es más tradicional y tiene una veta entretenida ya que se conoce más a la fuerza de ventas, se relaciona con ella, se entiende mejor la estructura y me toca viajar más dentro del país. No es la parte más glamorosa del trabajo, porque a veces toca ser el malo de la película, por los temas de cobranza, pero esta área está bastante ordenada, en muchas cosas.
Todavía quedan muchos proyectos para seguir y en ese sentido avanza la compañía y estoy super apoyado en todos estos temas.

Por el otro lado está el apoyo que damos a los pequeños negocios con el capital de trabajo de CRECCU. Uno de los desafíos que vemos aquí es potenciar el programa social que hoy llega a cerca de 10 mil clientes, y al que se le ha dado poca visibilidad y me gustaría poder impulsarlo más para que llegue a más clientes. Con mi llegada la idea es hacerlo más visible, hacerlo crecer. En ese sentido el mayor desafío es de amplificarse y que a partir de lo que se ha construido en 10 años, en un año y medio lleguemos a 15 mil clientes. Hacerlo crecer un 50% en ese período.

¿Cuál crees tú que es la relevancia del canal tradicional para el país?

El canal tradicional, los almaceneros, y en general los negocios de barrio siempre han a sido muy importantes para el país y muy importante para CCU. Sabemos cómo han cambiado estos negocios, cómo la mayoría ha aumentado su rentabilidad, su volumen, y la tremenda fuerza y energía que le ponen sus dueños a estas empresas, incluso las barrera competitivas que tienen.

En este cumpleaños número 10 de CRECCU, ustedes celebraron a los clientes que partieron con la herramienta, ¿cómo fue recorrer el sur de Chile y conocer de primera mano esa experiencia con los clientes?

Fue muy emocionante, a pesar de que no me toca estar día a día con los negocios de barrio, he podido ver como ellos han partido con un local muy chico y hoy ya es un local super grande como un supermercado, y cómo aportó el programa de CRECCU para que lo lograra. Es impactante ver de cerca lo que uno puede tocar de esa persona y de su vida laboral.

¿Cuáles son las expectativas que tiene Rodrigo Borgoño para la próxima década de CRECCU?
Nuestro principal desafío es lograr mayor cobertura para llegar a todos aquellos que lo necesitan para que seamos ese empujón que se requiere para dar el salto que necesita su negocio para crecer. Por ahora no podemos llegar a todos, pero en algún momento sería lo ideal que se pudiera. Estamos trabajando para ello.