En el corazón de la región del Bío Bío, donde el paisaje se encuentra con la calidez de sus personas, vive Jessica Muñoz, una trabajadora apasionada de CRECCU. Desde las vibrantes calles de Chillán hasta las tranquilas localidades de Pelluhue y Contulmo, su labor se extiende como un puente que conecta a más de 1.100 clientes, quienes son el alma de este territorio. Pero, ¿qué hace que los almaceneros y botilleros sean tan relevantes para la comunidad en el sur de Chile?

Para Jessica, la respuesta es clara. “Los almaceneros y botilleros son el corazón de la comunidad”, dice con convicción. “Están ahí, al alcance de la mano, listos para satisfacer las necesidades de sus vecinos. No solo ofrecen productos, sino un servicio esencial que fortalece los lazos de amistad y confianza en cada barrio”. En un mundo donde la inmediatez es clave, estos comerciantes se convierten en aliados invaluables, abasteciendo a la comunidad con lo que necesitan, cuando lo necesitan.

En CRECCU, el enfoque va más allá de la simple transacción comercial. Jessica explica con orgullo que la organización ha implementado un programa de capacitación que transforma vidas. “No se trata solo de capital de trabajo. Es un rol social que desempeñamos, una oportunidad para que nuestros clientes aprendan a administrar sus negocios y se superen como personas”. A través de este programa, los almaceneros y botilleros no solo adquieren conocimientos, sino que también desarrollan habilidades que les permiten adaptarse a un mundo en constante cambio, aprovechando la amplitud de información disponible en Internet.

Este año, la emoción en el aire fue palpable, ya que por primera vez se celebró el Concurso Mejor Almacenero CRECCU 2024. Con una sonrisa, Jessica compartió su deseo y es que  para ella, la competencia no es solo un evento, sino un incentivo que impulsa a los emprendedores a crecer y a superarse. “Premiar a los almaceneros es fundamental”, afirma. “Es un reconocimiento a su arduo trabajo y un estímulo para que sigan desarrollando sus negocios”.

Así, la historia de Jessica Muñoz es la historia de un compromiso con el desarrollo comunitario, la superación personal y el apoyo incondicional a quienes, día a día, hacen de su barrio un lugar mejor. En CRECCU, cada capacitación, cada premio y cada cliente son pasos hacia un futuro más brillante, donde los almaceneros y botilleros no solo sobreviven, sino que prosperan, construyendo una comunidad unida y resiliente.